¿Qué sienten dos viejos amigos al reencontrarse? Sentados en un bar de algún lugar de la ciudad de Buenos Aires se encuentran dos viejos amigos que dejaron de verse hace ya varios años, pero que todavía están presentes en la mente de cada uno.
Sin imaginar que se encontraban en el mismo lugar ambos recordaban a su manera como había sido su infancia. Ella sentada en la última mesa del lado de la ventana con sus compañeras de trabajo, El solitario y pensante al lado de la escalera cerca del baño. Recordar como fue aquella infancia juntos les permitió darse cuenta de cuán importantes eran en cada una de sus vidas.
Aun estaban intactos los lindos momentos que habían pasado en esas tardes de mucho calor, allá en la provincia del Chaco, donde jugaban a las escondidas, andaban en bicicleta o se escondían en la casa del árbol cuando alguno de los dos hacia alguna travesura. Ya de grandes seguían compartiendo muchas cosas juntos cines, bailes, teatros pero con un sentimiento distinto que ninguno de los dos se animaba a confesar.
Como era de costumbre todos los domingos iban a misa, pero ese día Antonio llegó más tarde de lo normal, ya que había pasado por una tienda para comprarle un obsequio a Rocío, en el cual estaba resumida en dos palabras lo que él sentía por ella.
Al llegar a la iglesia con esa cara sonriente que lo caracterizaba se dio cuenta que Rocío no había llegado y le pareció muy extraño porque ella siempre era la primera en estar ahí. Antonio comenzó a buscar con la mirada a su amiga, pero no la encontró. Al concluir la misa fue corriendo hasta la casa de Rocío para entregarle el obsequio que había comprado para ella. Cuando llegó a la casa de la joven tocó el timbre varias veces pero nadie salía, hasta que una vecina le dijo que se habían ido a vivir a Lujan en la provincia de Buenos Aires porque el padre de Rocío consiguió un trabajo muy importante y tenia que presentarse urgente, con una mirada suspicaz Antonio se dirigió a la vecina y le dijo que no le creía nada de lo que le estaba diciendo.
El muchacho se dio cuenta que la vida de él y de Rocío tomaron distinto camino cuando su madre le afirmo que Rocío no iba a volver, en ese momento Antonio le juro a su madre que la encontraría para darle lo que le había comprado.
Como siempre lo hacían, Rocío y sus amigas salían del trabajo y se iban a tomar un café, pero con la diferencia que Rocío quería conocer otro lugar entonces, entraron al primer bar que vieron.
Antonio solitario en su mesa y cansado de buscar a Rocío por varios años y por todo buenos aires, se convenció de que nunca la volvería a encontrar y decidió renunciar a ella. Ya tomada la decisión el joven se levantó de la mesa dejó la propina y junto a ella el regalo.
Rocío antes de irse del bar decide ir al baño, pero al mirar la mesa que esta junto a la escalera ve lo lindo que era ese envoltorio que estaba al lado de la propina y sintió el impulso de abrirlo, mismo impulso que hizo que levantara su cabeza y lo vea a él a Antonio, que sin mediar una palabra se miraron a los ojos y se dieron cuenta de quienes eran, pero no solo se dieron cuenta de quienes eran sino que, se dieron cuenta de cuanto amor sentía el uno por el otro.
Rocío abrió el paquete, tenía una cadenita que decía: te amo Antonio.
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¿Qué sienten dos viejos amigos al reencontrarse? Ahí tenés una imagen condensadora: el reencuentro.
ResponderEliminarRecordás las consignas que le dio Claudia a Hernán para la revisión? Creo que acá tenes un espacio para trabajar una estrategia similar. Concentrarte en el reencuentro y contar todo aquello que explicás después (la historia previa de esta separación), pero cifrada en ese reencuentro. En aquello que hablan y aquello de lo que no se animan a hablar, miradas, gestos.
Sería un ejercicio interesante.
Hasta mañana, saludos!